Querida mamá, ven y escápate un ratito del cielo para dejarme sentir tus besos y abrazos, escápate para poder escuchar tus risas, tus consejos, uno de esos que siempre me consolaban o me hacían aterrizar los pies en la tierra. Escápate para ayudarme a ser fuerte, tan fuerte como tú lo eras. Ahora, solo quiero volar hacia donde tú estás y que me consueles en tus brazos que ahora son un par de hermosas alas.
A veces soy egoísta y me pregunto ¿por qué tuviste que irte?, ¿por qué tuviste que apartarte de mi lado cuando más te necesitaba?. Sé que querías quedarte siempre junto a mi, y a pesar de que siempre supe que existía un final, tu partida es algo que nunca voy a poder aceptar. Parte de mi se fue contigo a ese cielo lleno de estrellas, pero una gran parte de ti quedó viva dentro de mi.
Extraño escuchar tu voz, extraño tus manos pasar sobre mi cabello para hacerme sentir tranquila, extraño tus regaños y la forma en la que me hacías entender las cosas, pero sobre todo, extraño cuando solucionábamos esos problemas y los sellábamos con un abrazo. Ahora entiendo que nuestras discusiones eran una verdadera tontería, pero las volvería a vivir cien veces con tal de tenerte a mi lado.
Recuerdo cómo me desesperaba enseñarte a usar la computadora y el celular, pero hasta esos detalles hacen que valore más los momentos que pude aprovechar a tu lado. Extraño que me llevaras a la escuela y tus deliciosos guisos que me hacían sentir en casa. Extraño esos chistes que hacías con papá y presenciar esa forma de quererse tanto, extraño cómo demostrabas lo mucho que me quisiste a mi.
Me enseñaste lo que es ser feliz, lo que es la bondad, el amor y que todo eso es indispensable para formar una familia como la que tu supiste construir. Fuiste, eres y siempre serás mi ejemplo a seguir y tu recuerdo se transformará en vida cada vez que piense en ti. Llevo en mi memoria cada momento compartido, cada consuelo, cada caricia y tu corazón cerca del mío.
Me harás falta en cada parte de las siguientes etapas de mi vida, pero estoy segura que siempre guiarás mi corazón hacia un rincón donde pueda encontrarte, un rincón donde encuentre luz en medio de la oscuridad. Ahora yo tengo allá arriba, entre las estrellas, a alguien que me quiso con todas sus fuerzas, a alguien que nunca olvidaré.
Te extraño demasiado mi Linda… Tu hija: Ana